El mindfulness no es para nada un descubrimiento moderno, aunque por estos tiempos estemos viviendo su redescubrimiento en lo que refiere a la cultura occidental. Su práctica llega a la cima hace unos 2500 años a manos del Buda Shakyamuni.
En realidad mindfulness es, en sí mismo, algo simple y familiar, que todos hemos experimentado en muchas ocasiones de nuestra cotidianeidad.
Cuando estamos plenamente conscientes de lo que estamos sintiendo, pensando o haciendo, estamos practicando mindfulness.
Lo que sucede es que nuestra mente se encuentra habitualmente sin mucha orientación, saltando de uno a otro pensamiento, de una a otra imagen. Mindfulness es una capacidad que todos poseemos y que consiste en «poder ser conscientes de los contenidos de la mente momento a momento» (práctica de la autoconciencia)
Efectos del mindfulness
- Desarrollo de la capacidad de concentración de la mente.
- El aumento de la concentración implica serenidad.
- La serenidad nos irá guiando al aumento de comprensión de la realidad ( externa e interna)
El eje básico de la práctica del mindfulnes se apoya en dos pilares
- Mantener la atención centrada en la experiencia presente, aquí y ahora.
- La actitud con la que se aborda el ejercicio del primer pilar, es decir, como se transitan esas experiencias del presente. Esa actitud se basa en no juzgar, aceptación, tener mente de principiante y paciencia, capacidad de soltar, o sea en síntesis: curiosidad, apertura, aceptación y amor.